viernes, 11 de marzo de 2011

Nazarena


Un día cae Jesús al kiosco del Toro.

Tranquila la atmósfera, saludos, un mate… de repente entra un metalero al recinto, el sujeto pide un Phillip común…

Una tensa calma de silencio se mezcla con el ruido de una novela intrascendente en la televisión, la cotidianeidad al palo.

La cotidianeidad al palo, piensa Jesús sin emitir palabra…

El silencio corta a todos el cuerpo, el toro otorga el paquete de cigarrillos, el sujeto paga y espera el cambio. Tomó sus cigarrillos, también el vuelto y al girar clavó la mirada en Jesús.

-Vos sos el hijo de Dios, no?-

-Sí! Así me dicen…-

-Te dicen así porque lo sos- afirmó subiendo un poco el tono de su voz-

-Así es vaguito…- le responde el celestial-.

-Se viene el Apocalipsis!, estamos jugados… hasta luego- define el metalero, como quien define un remate cruzado en el area chica-.

Jesús y el toro se miran a la salida de este hombre, ríen también sutilmente.

-Toro! Que le pasa a este cristiano??- cuestiona Jesús-

-Naaa! Viste que todos los metaleros flashean con el Apocalipsis… ya se le va a pasar-

-Jajaja! Lo único que falta… que ahora mi viejo quiera terminar el mundo, que hij...-

Al otro día Jesús en el kiosco lo más tranqui se pone a leer un diario.

“El Apocalipsis se avecina” frase que deja leerse en la página 21 de Crónica. Jesús mira con desconfianza tratando de encontrar donde está el chiste… -no puede ser… Crónica es un diario serio se dice el profeta-. Toma luego La Nación , luego El Heraldo, todos tenían una referencia al fin del mundo.

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